Es muy triste saber de qué manera operan muchos talleres mecánicos y de qué forma dan placebo a los clientes. Hoy por hoy, desgraciadamente existen talleres que se llaman y ostentan como “certificados” y sin embargo siguen cometiendo los mismos errores y atropellos hacia sus clientes.
Hace unos días nos tocó revisar un auto de excelente calidad y bastante bien cuidado, presentaba una falla y alto consumo de combustible. Al revisarlo, se nos ocurrió destapar el riel de inyección y notamos costras de sedimentos carbónicos en las boquillas de los inyectores, aún cuando el dueño del auto aseguraba que el mecánico anterior hacia el lavado de inyectores cada 10,000 km.
La función del inyector es pulverizar casi al grado de vapor el combustible dentro del pleno de admisión, donde se logrará una mezcla volátil con aire, que será quemada por la bujía dentro de las cámaras del motor. Si el inyector está muy sucio, la boquilla de salida estará parcialmente bloqueada y por lo tanto en vez de pulverizar el combustible lo que hará será inyectar chorros de este provocando un consumo mucho más alto de gasolina e incluso falta de rendimiento en el desempeño del motor; anda burro, falta potencia, enciende check engine, arroja un poco de humo negro, pica el olor del escape, etc.
Acude a tu mecánico para una revisión y no permitas que te engañen, finalmente tú estás pagando por un servicio integral.
